¿Hacia donde poso la mirada, hacia donde vuela mi espíritu?
Que muero mil veces cada día y no logro encontrar mi sintonía
No soy músico, tan solo soy un poeta frustrado y sin virtud
Pero tengo sentimientos y mire hacia donde mire no veo la luz de, mi día…
Ese día por el que tanto sueño, después de los llantos que se ven, en mi reflejo
La sombra de la vida, que persigue mi cuerpo, ya no tiene salidas, solo desencantos
Y muero una y mil veces y levanto mi espíritu, ayudado por el débil corazón
Que desolado respira dentro de mi esclavitud, de ser un desertor de mi egoísmo….
Un forzado ser que camina, por los senderos equivocados, de una vida sin descanso
Y algunos diréis ¿Qué no descansas si no trabajas, por el retiro? ¡Yo os cambio el motivo!
Por el cual estoy así y os regalo los dominios de todo mi amargo sentir ¿Me escucháis consciencia?
Yo no escucho, ni quiero escuchar vivo el día, á día soportando el carril de mi largo tranvía…
¿Hacia dónde poso la mirada, si á donde mire solo veo un mundo, lleno de dolor y agonía?
La justicia te ayudara algún día, si respiras por los surcos limpios de la pureza, consumida
Á veces dudo de la justicia, la política y la divina ya, que en ninguna encuentro el aliento, de la sonrisa
Y solo aspiro ha descansar, en el reposo merecido y no logro dormir, mis noches son tortura, desvalida…
Y allá sobre las cinco, de la madrugada sale mi cuerpo á pasear, haciendo el futid que me deja, la espalda
Que soportan mis delicadas piernas, que cambiaron el ritmo en los andares de su vida, por el parkinsonismo
Que domina el cerebro y la esencia que muere, secando el liquido que nos hace caminar y movernos día, á día
Eso ya paso al tercer grado, aunque sea mi primera preocupación, en el espacio que me dejan, mis biorritmos…
El tembleque interior domina la sombra de mi vida, acariciando la luz que el sol aun me regala, con su brisa
No intento disimular, pero retengo temblores que hacen que se pongan rígidos, los caminos de la sonrisa
Que siempre ha sido la matricula de Modesto, caminar regalando risas para acariciar el espíritu, sin malicia
Por eso aún me queda aliento, para pasear por los tiempos que las agujas del reloj nos marca, en sus prisas…
Ya que no se detiene, ni respeta el cansancio, todos tenemos marcado el día y la hora, del nacimiento y el fin
Pero tenemos la esperanza, por las cosas del destino de no saber jamás, cuando dejaremos nuestro, respirar
Por el oxigeno de la vida, que camina con nosotros, durante millones de segundos y miles de noches y días
Si no fuera por esto, donde posaríamos la mirada cuando el dolor domina, nuestra alma y corazón en su delirar….
Cuando los dolores se posan en las delicadas fibras, cuando llegan los días del sufrimiento y no encuentras caricia
Esos días difíciles, en donde mueres despierto, con toda la vida por delante y ves que se apocan, tus constantes
Y ya no hay salida, solo esperar el sol de cada día y la caricia de la luna, reflejada en el cielo de las noches, de tu vida
Porque no hay más remedio, ni se puede ir contra natura, así que dejo que los días pasen hasta que Dios me de las llaves…
Para abrir las puertas de mi Cielo, porque de eso si estoy seguro de que el Cielo será mi futuro y quizás vuelva á la tierra
Aunque en otro cuerpo, ya que el espíritu pasa de viva en vida, de cuerpo en cuerpo, en la eternidad que el alma, domina
Y esa es mi esperanza, encontrar en orto lugar la sonrisa y la caricia, que este siglo me ha negado quizás, por la avaricia,
De no conformarme con el guion, que el Señor me regalo, cuando nació el cuerpo que mí alma, soporta y mi corazón domina.
Modesto Ruiz Martínez / jueves 3 /del 10/ del 2009 = 9:15:24