Te miro de pies a cabeza
con estos ojos embobados,
extaciados por la belleza
que tiene tu piel,
tu mirada, tu aliento,
tu riza, tus besos,
tu voz,
tu incomparable y melódica voz.
me pregunto si es que estoy soñando
o estoy despierto,
tu nombre lo escucho, karla, a cada momento,
como el sonido de las aves,
como las hojas cayendo en el otoño,
asi, suave pero fuerte,
con la delicadesa que desojas una rosa,
con la brusquedad de una piedra cortando el agua.
Así te escucho,
y el sonido ase eco en mi cabeza,
allí se encerró tu voz,
llorando por estar sola,
sus lágrimas caen
y nuevamente asen eco en esta cueva.
Así te escucho
y mis amigos empiezan a preocuparse,
que me pasa,
porque confundo sus nombre,
porque les llamo karla,
cuando quiero por sus nombre llamarles a ellos.
Es que tu nombre me recuerda tu voz melódica
y me embriago en ella perdiendo la razon.
tu me recuerdas a ese ultimo verano
donde el viento descargo su ira sobre mi rostro,
fuertemente pero suave al mismo tiempo;
Así te escucho
y tu voz prisionera en mis timpanos
gritan Karla,
y Karla digo yo.