Son ustedes tres luceros
Que iluminan mi camino,
Regalos del Dios divino
A quien pedí con esmero.
Llegaron los tres a mi vida
Para alegrar mi existencia
Dándome amor y paciencia
Para dirigir sus vidas.
A mi Dios yo le pido
Sabiduría para hacerlo,
Pues crecer quiero verlos,
Llenando siempre mi nido.
Pequeños como el cimiento
Que coloca en la tierra
El labrador que se aferra
A una cosecha florida,
Que devuelva a su mano herida,
Frutos para el sustento.
Cuidarlos es mi deber
Y seguir su crecimiento
Estar a su lado cada momento,
Abonando sus raíces
Para que sus flores, al abrirse
Demuestren que he cultivado
Los frutos que Dios me ha dado
Y que al mundo he de entregar,
Como cosecha sin par
De un labrador abnegado
Mis manos que estuvieron vacías
Ya nunca más lo estarán. ..
Y mis heridas sanarán,
Gracias a su amor cada día.