Me contaron una historia,
que a pesar de muchos
años un hombre que vivía
en la calle...
Hoy está en un hogar de ancianos
español.
Su hija le hizo firmar,
y él confiado lo firmó.
El papel, ¿de qué trataba?
No le imortó al padre,
era su hija.
El estuvo en situación de calle
y las líneas telefónicas estaban
saturadas, y este estaba pernoctando,
a pocos metros de la organización,
que se ocupaba de esto.
¿Tal vez era invisible?...
¿Quién se ocupa de este hombre?
Como nadie atiende en la organización,
habla directamente, ahí sabe que es español.
Llama al consulado y le dicen que a él
le corresponde una pensión,
mas este no está ni enterado...
Porque su hija, la cobraba,
eso había firmado y de
vez en cuando le daba
para las medicinas...
Hoy en día, gracias a esta
alma caritativa, revirtió
la situación.
El hombre vive en un hogar
con sus compatriotas dignamente.
La confianza de este señor en su
hija lo llevó a esto durante
bastante tiempo...
Confiar en lo más sagrado un
hijo y ¿este aproveche la situación?
Si el menos sospechoso-a
¿Nos traiciona?
Cada uno se debe ocupar
de sí mismo y no delegar
ni en el legado más sagrado...
Que cuando se es hijo-a
también se olvidó y lo dejó
tan mal parado por tantos
años en la calle...