(Managua, 3 de junio de 2013)
Me visitó la tristeza un día,
…y la dejé entrar en mi alma.
Me visitó la amargura un día,
…y la dejé entrar en mi alma.
Me visitó la soledad un día,
…y la dejé entrar en mi alma.
Desde ese entonces, mi alma ya no está vacía.
Ahora la habitan:
Tristeza, amargura y soledad.
Ahora mi alma no está sola
Ya no tiene el inmenso hueco que le dejaste
Cuando te marchaste, ¡Ingrata!
Ya no derramo más inútilmente mis lágrimas,
Ya no imploro por las noches tu nombre,
Ahora, y aunque no lo creas,
Converso con esta tristeza que halló albergue
Escucho su agradecimiento y me siento debajo de aquel árbol,
Saboreando la amargura,
mientras escucho el murmullo de esta soledad acompañada.
¡Ingrata! ¡No creas que estoy solo desde que te fuiste!
Tengo tres amantes que son:
Tristeza, Amargura y Soledad.