En varias tablas secas
avejentadas y chuecas,
se encontraba ese árbol
alguien que esperando
viniera a crear un espanto.
Lloraba cuando el cepillo
pulió sus arrugas plena,
para dejarlas nuevas
como cara de princesa.
una se fué a la mesa
de una pobre escuela.
otra sirvió encantada
como banca para la iglesia.
Las demás fueron a terminar
en la urna bajo la tierra
donde sirvió al árbol
entregando sus fuerzas
a las raíces nuevas
para dar vida a otros
con tronco, ramas,y flores.
debajo de esa tierra.