En el espacio de enfrente
de tan rápido casi invisible, insensible.
En la búsqueda del instante,
del encuentro perfecto.
¿Te habrán dicho dónde bajarte?
En la respuesta indescifrable
que se hace pasar por discreta,
reservada
pero que en el fondo se esconde,
huye
habla en códigos distintos,
repercute,
ya no es palabra, sino eco.
Agobiada,
agotada
cubierta por nubes negras y grises
un poco se ve, pero temo que sea tarde.
Quiero ir a visitarte
a esas alturas blancas
deseo respirarte,
tú todavía sueñas.