En sus ojos luchadores, vi pasar la vida misma,
que hace tiempo se ha enlazado,
al calor de sus caricias.
El correr de la mañana, me devuelve a la desdicha,
de un destino que separa y un amor que nos anima.
Se desdoblan nuestras almas, en el tren de tu partida,
la distancia nos ha hecho, mas amantes de la vida
y el correr de nuestros años, aferrados a tu risa,
me han llevado por el mundo, imaginando tu alegría.
He crecido de tu lado, me he amoldado a tus caricias,
yo encontré en tu amor, querido, una luz de sol divino,
que me abraza y me devuelve, a esta vida sin consuelo,
donde verte es mi suspiro, verme a mi, es tu desvelo.