Tú me enseñaste el arte del amor,
solo tú; la que con dedicación tomó
mi mano y ayudó/ a realizar los trazos
sobre el lienzo de tu piel, donde escribí...
…las cuatro letras, que conforman al amor.
Me enseñaste -a delinear mis besos
por tu espalda- a conocer los secretos
que anidaban en el fondo de tu alma.
Me enseñaste -a colorear las miradas
y encontrar el significado- de cada gesto
que articulabas ¡solo tú! la maestra de la vida,
la que me inundó, con ese mar de pasión.
Descifre los acertijos que componen tu belleza,
esa que se viste con verbos y adjetivos;
que se conjugan con mis versos/
en cada oración -que formó con tu cuerpo-.
He entendido el porqué de los números
y he aprendido; a sumar los motivos/
a multiplicar las emociones, restando sufrimientos/
por lo que divido las razones de este sentimiento.