emmanuel sèbrol

EL SOLDADO

LEJOS DEL AMOR,

LEJOS DEL LECHO,

LEJOS DEL HIJO

Y LEJOS DE TODA CARICIA,

DE LA ESPOSA, DE LOS HIJOS

O DE LOS PADRES,

SE ENCUENTRA EL SOLDADO.

 

SIEMPRE ATENTO,

SIEMPRE DISPUESTO

A DAR LA VIDA POR SU PAIS.

 

EN LAS TARDES SE ENTRISTECE Y LLORA,

LLORA SIN EMANAR SU LLANTO

POR QUE SU AMOR ES TANTO

QUE EL LLANTO ES POCO, CUANDO SE AÑORA.

 

ÈL QUISIERA ESTAR EN CASA

E IR A DEJAR Y TRAER A LOS NIÑOS A LA ESCUELA,

COMPARTIR CON ELLOS LA COMIDA

O UN FIN DE SEMANA.

 

QUISIERA ESTAR CON LA NOVIA,

CON SUS PADRES,

LOS EXTRAÑA A MÀS NO PODER.

 

LOS AMA TANTO,

QUE NO SOLO CUIDA DE ELLOS SINO

DE LA NACIÒN ENTERA.

 

ACAMBIO,

LA NACIÒN LES DIÒ

CIENTOS DE HERMANOS,

CON SENTIMIENTOS DE ORO,

CARACTER DE ACERO,

INSTINTOS DE LEOPARDO

Y CORAZÒN DE DIAMANTE.

ENTRE ELLOS SE DICEN, COMPAÑEROS DE ARMAS.