Ese pequeño cesto,
Donde lo guardo todo,
Ese escondrijo caótico,
Lleno de estrellas,
De palabras no dichas,
De sonrisas en soledad,
De miradas fugaces,
De sentimientos guardados,
Escondidos en la carne.
De todos los miedos
Inútiles, piedras
En el camino
Hacia el olvido.
De ternura en ausencia,
De tu piel.
De brisas guardadas
En el corazón roto
De mis sueños.
Mis realidades,
Frente a nadie.
La libertad expresada,
Sin entenderla.
Ese cesto tan lleno
De nada nuevo,
Que arrastro el alma,
Me flaquea el espíritu
Y me falta paciencia.
Frente al espejo,
No me reconozco,
Ese cesto lo vaciare,
Hasta quedarme
Sin nada más que,
La alegría de sentir,
Para perdonar y
Olvidar el dolor.