He llegado estremecida
al solitario muelle,
tan enamorada y dolida
por tus caricias ausentes.
Abrazada al recuerdo
y sin sentir el frío,
siento aquel último aliento
de tus labios besando los míos.
Y mientras el tiempo me envuelve
mi piel te nombra,
queriéndote sentir,
mi sonrisa de nieve
se desarma por tu boca
y ya sueña tenerte junto a mí.
Marinero mío,
con tu amor anclado en mi ser
cuidaré los sueños que tejimos
a la orilla de algún atardecer.
Y en la cama, justo a mi lado
acostaré tu recuerdo
y me dormiré soñando
que te abrazo a mi pecho.
Sobreviviré buscando tus dulces ojos
en el verdor de las olas surcando el mar,
para coser con ellos mis sueños rotos
cuando su belleza me vuelva a mirar.
Y voy tejiendo y destejiendo
como Penélope aguardando a su amor,
cada noche escribo miles de versos
y cuando amanece los deshojo en un cajón.
Porque se ha hecho realidad
el hombre de mis sueños,
te espero para darte la vida,
todo mi amor...
Porque serás vos, siempre serás vos...
mi hermoso marinero
el que se llevó a la mar mi corazón.
Ceci Ailín