De cualquier modo, no me apuro.
Asumo el terror de cálculo
y falta de interés por aplastar flores.
Luego
conciente del juicio propio
me convierto en palpitante vestigio
sobre la inmensidad que se abre
alejándome a velocidad luciérnaga
de lo sabido
y por conocer más adelante
en los años venideros
que zigggggggg
zaguean