Cicatrices que me han marcado el alma,
las llevo muy adentro arrinconadas,
en un triste rincón, acorraladas,
tratando de seguir mi vida, en calma.
Evocando recuerdos, sangra el alma,
alegrías y esperanzas burladas,
interminables cuestas empinadas,
las he logrado conquistar con calma.
Mil lecciones de vida me han dejado,
estas cicatrices que en carne viva,
porto orgullosa, con una sonrisa.
Al mal tiempo buena cara, he pensado,
seguir viviendo en forma positiva,
¿qué más da? ¡Vivo tranquila, sin prisa!