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En el reino de la luna
Luego del derroque del sol
Llega el reino de la luna,
Donde sus súbditas las estrellas
Contemplan el mundo de los,
Mortales, en este reino
Todo pasa y queda quieto.
La luz de la reina
Todos los secretos conservan,
Un primer hola y un último adiós
Mil y una historias de amor.
Pero esta noche la estrellas
Están atentas,
A una historia en especial
La reina en su eterno libro
Escribiéndola esta,
Serena y triste a sus súbditos
Comienza a narrar.
En el mundo mortal,
Lo único eterno es el amor,
Pero también el odio,
Se mantiene en pie en los
Corazones rotos,
Una trágica noche cuenta la reina,
Por una ventana, alumbraba
Y vio una joven de infinita
Hermosura, desembocando,
Dolor por sus ojos
Y en su mano una daga.
Con un grito de sufrimiento
Se desterró a si misma,
En el suelo tendida
Mientras su corta vida
De sus venas fluía,
La reina con su apacible luz
Mientras todo pasaba la cubría.
Su amado toca su puerta
Pero ella se fue de viaje,
A un lugar distante
Donde el silencio se escucha,
El rompe la puerta
La ve allí tirada
Y su alma se fracciona
Y pálido se laza,
Junto al inerte cuerpo De su amada
En un rió De sangre preguntando,
¿Porque? ¿Por que?
Solo en este absurdo mundo me dejo,
Tomo la misma daga
Y con su amada,
Al destierro se reunió,
La reina serró su libro
Y su trono al “sol” cedió.
Carlos Polanco