Francisco de los Angeles

Y TE VI

Y, si, ahí estabas ese día

Sentada a la postre con el rostro bajo,

Esa mirada que se volvía cenizas,

Aquella mirada que ame.

 

Y te vi con el vestido rojo,

Ese rojo perfecto,

Ese vestido que envolvía las curvas,

Esas curvas que ame.

 

Y esos risos mentirosos,

Esa voz dulce y encantadora,

Esa sonrisa como las rosas,

Bellas y rojas como el atardecer.

 

Y tu piel blanca que no olvidare,

Tu sentido de la sencillez,

La honestidad y la tristeza,

La belleza de la amistad.