ESE JESÚS
Ese Jesús usado en los altares
Para hacer plata y endiosar al rico,
Y para ellos multiplica panes
Que no calman el hambre del mendigo,
Ese Jesús para el que piden mucho
Para que mucho de a quien mucho da,
Y nada da a quien vive en bajos mundos
Y de su nada, nada puede dar.
Ese Jesús que expulsa a latigazos
Del atrio a vendedores ambulantes,
Para que no compitan con los galgos
Cuya riqueza ya es exorbitante.
Ese Jesús que con palabra extraña
Invita al pobre a mantenerse pobre
Y a que en resignación mire el mañana
Esperando volver a ser ya noble.
Ese no es el Jesús que necesita
El pueblo que por siempre esperanzado
Sobrevive, fallece y resucita
Para seguir cargando de explotado
La cruz con la que, dice el doctrinero,
Abrirá de lo eterno los caminos
Por los que puro llegara a los cielos
Si cumple de los dioses los designios.
El Jesús para el pueblo necesario
No es el que inerte yace en ricos templos
Para resucitar año tras año
Y en rito absurdo ser de nuevo muerto.
El Jesús necesario para el pueblo
Es el que va con el trabajador
Y le dice al oído “nunca es bueno
Que mientras te diluyes en sudor,
Progresa, engorda y vive en el confort
Quien te hace trabajar por vil salario
Y funge de buen hombre y de señor
A expensas de tu ruina, proletario”.
El Jesús por el pueblo requerido
Es el que sube a pie montaña arriba
Y baja al llano y va a los caseríos
Y se unta de la sangre campesina,
Y le enseña al indígena y al negro,
Y al blanco y al mulato y al mestizo
Que no el color nos hace más o menos
Porque a todos iguales se nos hizo,
Es el tener o no tener la tierra,
Es el tener o no tener trabajo,
Lo que nos hunde en las malditas guerras
Que pelean y pierden los de abajo.
Por ello se requiere un Jesús bravo,
Guerrero de la paz y la hermandad,
Un Jesús que no quiera hombres esclavos,
Un Jesús que predique libertad.
fernandocardonakaro