En el camino sinuoso abundan las raíces
los chopos de cristal te retienen.
Eterna la madrugada
cuerpos como barcos
silenciosos, encallados.
La tierra se asienta
de otros es el cielo
si mis pies son ojos de aves.
Las luces deforman las formas anteriores.
Irradiando el sol, su fuego… todo sube.
La aurora se cuela
las palabras son atrapadas
brota sutil el poema.