Si sientes que aquel amor expira,
no temas, simplemente respira
y recuerda que fueron tus labios
los que a mi me dieron el adiós.
Y si mi memoria aún suspira,
es que ha recordado tu mentira
que había destruido al corazón,
sin muestra alguna de compasión.
Ya de nada sirven tus caricias,
pues a mi memoria le doy gracias
por recordarme aquella canción,
que por mucho tiempo fue aflicción,
pues cuando esa noche la escuchabas,
con cautela vi que lo besabas.