En un dulce sueño envuelta
emprendiste la mágica cruzada
dormidita… sin afanes
como quien se gana a pulso
el descanso merecido
tras una larga jornada.
En otro mundo más lindo
junto a otras margaritas
te imagino entre jardines
con tu sonrisa radiante
centelleante cual estrella
con una luz infinita
observándonos desde lejos
y con tu abrazo protector
prodigando tus afectos.
Devota, abnegada, maestra
siempre presta
a dar tu maternal ternura
nunca diste a luz un vástago
pero en tu inventario suman
seis hijos, catorce nietos
cinco bisnietos y la cuenta
aún no concluye
si sumamos además
las células en potencia
todos tus hijos postizos, tus sobrinos,
tus alumnos y amigos.
Siempre te sobró dedicación
siempre estuviste como ángel
dándonos tu protección
¡cómo olvidarte Maíca!
si nunca te has marchado
si en cada uno de nuestros actos
continúas a nuestro lado
con tu presencia intacta
con el recuerdo marcado
por tu magnífico legado.
Quiero abrazar tu vida
y me enternece de nuevo
tu imagen tan querida
la esencia que prodigaste
con tu ejemplo encomiable
¡qué manera de perpetuarte!
en la enseñanza que trasciende
como el más preciado regalo
y todavía con el paso de los años
invariablemente nos sostiene.
Un ejemplo de virtudes
eso, en resumen, fue tu vida…
sencillez, orden, rectitud
vida modesta
abnegación, inocencia, candor
disciplina, auto control
honestidad, amor a Dios
y una fe inamovible
en el poder de la oración.
Defensora férrea de la familia
el imán que nos magnetizó
para estar juntos de por vida
ante cualquier situación
¡Cómo olvidarte Maíca!
si no te has ido
y hoy que ya cumples un siglo
lo celebraremos contigo.
Ya estamos listos para reunirnos
y en tu nombre el pastel está riquísimo
con lo golosa de dulce que eras
lo disfrutarás sobremanera.
Toda tu familia en esta tierra
te enviamos nuestro amor
y nuestros más sentidos besos
Maíquita consentida
¡Que cumplas feliz…
inmensamente feliz
en el regazo del Señor bendecida
tus 100 años de amor y vida!