Sepan que mi corazón no bombea sangre, bombea versos de amor que corren danzando sobre las arterias de rimas y las venas de estrofas que oxigenan mi interior, transmutándose en las letras que componen el dióxido que exhalan mis pulmones colmados de prosas.
Soy un atisbo de mis sentidos, de mis oídos que escuchan las voces de amor que flotan en el viento, de los ojos espejos de mi alma, de la nariz que inhala los colores de un aroma, de las papilas que sin probar se empalagan de azúcar, de la piel que sin palpar siente…así que no me culpen si soy un hombre romántico… de respirar poesía y embriagarme de su hálito, de amar por amor porque para mí no existen razones para conjugar ese verbo.
Y así al vivir sabré que moriré amando y al morir seré feliz, al tener la certeza que viví enmarcado dentro de ese último gerundio que escribí.