Nuestro amor es tan secreto, bien mío, que permanece resguardado en la caja fuerte de la covacha de sueños que me sirve de morada y que tú, cuando necesitas sentirme en ti, visitas envuelta en un traje de pobre para no herir mi humildad.
Algunas veces, bien mío, -¿recuerdas?- tú olvidas la clave de ingreso a la impenetrable caja fuerte y el manto de la tristeza se asoma, con timidez campesina, a tu rostro sutil.
Y mi rostro todo, bien mío, se ilumina de jocosa risa.
Y tú, bien mío, te haces la enfadada para que yo te colme de mimos.
Y yo, bien mío, hago como que no noto tu lucha contra el olvido.
Y tú, bien mío, rendida, agotada, triste, sollozante, me dices con esa vocecilla tuya tan mirífica, tan romántica, tan sonora:
-Olvidé la clave de la caja fuerte donde, primorosamente, guardamos el tesoro de nuestro amor, ¿Me la recuerdas?
Y yo te susurro, al oído, la clave.
Y tú, brillantes los ojos de felicidad, tomas el cofrecito.
Y me muestras su contenido al abrirlo alborozada.
Y disfrutamos de tanto amor.
Amor tuyo y mío.que nos prodiga vida.
Amor tuyo y mío que nos prodiga fuerza para luchar contra la adversidad.
Amor tuyo y mío, real y virtual.