EL ESPEJO
Vieja y despeinada, la expresión perdida,
pasea su figura en otro tiempo grácil
tétrico caminar que presagia el final, a toda costa.
Descolorido el patio la ve ir y venir,
también él ha perdido su verdor.
Su espejo siempre ha sido aquel repleto aljibe,
donde cada mañana, asomaba su rostro.
Hoy al mirarse a mediodía con el mejor reflejo,
le devolvió la imagen de otro tiempo.
Dio un salto y lanzó un grito
al que siguió la interminable carcajada.
Cuando hubo de serenarse,
se sentó en medio de aquel patio perdido
que observaba la escena sin siquiera entenderla
como mudo testigo.
Acomodóse el pelo y amarga gota
rodó sobre su rostro mientras un escalofrío
sacudió su esquelético ser, rememorando la nada
de su loca existencia y cayó rendida.
15 – 10 - 09