Sumergido en un mar
de tus ardientes pasiones
nadé sin parar
en varias direcciones.
Le di viento a mi vela
en busca de la otra orilla,
pero tu oleaje me desvela,
y tu salinidad me maravilla.
las ondas de tus miradas
y las burbujas de tus besos
me empujan cual oleadas
por el mar extenso.
Sumergido en el mar de tu alma
salgo a buscar respiración,
entonces dejo caer mi ancla
para dejar allí mi embarcación.
Por eso siento que me estremece
contemplar el mar de tu alma
y me quedo nadando como los peces
haciendo burbujas entre las algas.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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