Cuando repose en tu mundo
en desierto de tu alma
en rizados del mar y el río,
y tus ojos dulces, inmortales, míos.
Cuando las hojas de móviles veletas
liberen presa, ya la noche nuestra,
la más blanca, de angustia sin habla,
y a lo lejos… hasta la vía láctea,
sobre tu nombre escriba mis caminos:
Podrías entonces, feliz conmigo,
la perfidia de otros días
en mí, flor sobre tu huella, entera,
posarla sin pena
cual puñado de aves en lluvia.
Cuando un purpurado colibrí
sinfónico, como un te amo de mí,
resucite el verso callado en tu alma
y Venus edenal, sea yo tu mañana,
podrías también, feliz conmigo,
en horas de vino con tu dominio,
hasta mi sangre, hasta asfixiarme,
hasta el sinfín...
escribir tu nombre en mí
por los caminos.
© Derechos reservados
Propiedad intelectual Lucero Moscoso
Bogotá D. C. Colombia