Rimma

Te querré siempre

 

Y se hizo la noche, trémula y sola, un silencio sepulcral merodeaba el entorno,
y de pronto, apareciste tú, cabizbajo, solo, triste,
con un cigarro de medio lado en la comisura de los labios,
dándote un aire de mafioso, gansteril, malo, pero solo te ví así,
instántaneamente, porque a mi mente fluyeron los buenos recuerdos,
de la vida que disfrutamos en el pasado, cuando fuimos tan felices.

Hoy no queda nada de aquello tan lindo que vivimos,
lo arrasó las malas influencias, sólo quedan borrascas de humo,
enviciada, maloliente, que ha arruinado el gran paraiso,
que un día pensé, duraría, para siempre.

Te llevaré en mis pensamientos,
con la imágen del eterno muchacho,
que no morirá jamás.