Exaltado y sudoroso
salgo rápido del toril,
miro a la plaza ,
la cascada de tus cabellos de sol
me deslumbran,
quiero saber donde estoy , a donde voy,
porque desde el largo y penitente encierro
que tenio de tu espera ,
e ido de sorpresa en sorpresa.
Ahora que tú me veis,
no anticipéis tu juicio de valor,
sobre mi bravura en el querer,
podríais estar equivocada.
Con mí salida al ruedo,
todo ha comenzado pa´ ti,
una gélida sensación a lo desconocido,
te recorre todo el cuerpo,
porque cada toro es distinto,
y yo soy distinto a lo demás.
Soy negro azabache, ojos de fuego
de pitones finos como estiles y bien engatillados,
apuntando directamente a tu corazón.
MI niña… te has caído del tablao,
ya nada podéis hacer y os digo con certeza,
que pa´ tu bien o pa´ tu mal,
estáis en el centro
de la arena de mi amor.
L.M