La vida nos presenta rumbos al soñar,
brújula interna, cada quien la tiene,
cuántas veces seguimos un camino,
quizá sin apenas darnos cuenta.
La intuición nos dirige muchas veces,
la vida no tiene nada del azar.
Dos hermanos fraternos, hacemos viaje,
a la ciudad donde ahora tu radicas.
Mientras creces, en otro continente,
de un volado, con nada de la suerte,
de dos rumbos, el que gana lo escoge,
toca a mi, decido la ciudad con niebla.
La otra opción fue el calor y orilla del mar,
mi pisada y paseo, te adelantaron,
calles empedradas con inclinación,
al nivel cero, casa de la iglesia.
Muchas noches, pasaje conocido,
hasta la plaza, llena de naranjos,
el perfume del azahar, me invadía,
hice estación, bajo sombra con olor.
Sin tener novia, estaba enamorado,
te presentía, huellas se encontraron,
también anduve bosques de Teocelo,
al regreso, encontré a una gardenia.
Guardada en mitad tallo de carrizo,
para mantenerla viva y olorosa,
la tome en mis manos, a ti llevaba,
regresé al sitio donde hoy floreces.
Tiempo pasó, tu viaje se retrasa,
esa flor, para ti, tengo guardada,
en fresco carrizo de mi corazón,
revive ayer, cuando contemplo tu rostro.
Cuando tu cuerpo se pinte de otoño,
y tu alma se perfume de azahares,
espero encontrar bajo los naranjos,
la gardenia, en que te has convertido.
EL POETA DEL AMOR. 09-06-13.
CABO SAN LUCAS, BCS. MÉXICO.