No puedo negar que a veces pienso en ti.
A veces; cuando sale el sol y me comienza a calentar, como me calentaban tus bellos ojos de esmeralda.
A veces; cuando juega por mí cara el dulce y triste aroma de las gardenias
En el jardín de lo que fue mi vida.
Aromas que abren aun más las heridas en surcos ya olvidados.
A veces; cuando el corazón palpita y me hace recordar que en muchos momentos, nuestros corazones eran uno sólo, y nuestra sangre alimentaba
el hermoso Edén de nuestra realidad.
A veces; cuando el cantar del pitirre anunciaba que el nacer de otro día ya era inevitable. Y nuestros cuerpos cansados yacían en nuestro lecho, a un sólo compás a un sólo tiempo.
A veces; cuando de mi sé apodera la sensación de que algo me falta, y recuerdo que éso que me falta eres tú.
Cuando una lágrima se escapa sola buscando refugiarse en alguien y nadie la recibe.
A veces; cuando el dolor por tanto caminar me invade, cuando la
pregunta me atormenta, ¿ qué busco? ¿por que tanto camino? Y recuerdo que aun a ti te busco.
A veces; cuando los primeros luceros se asoman en el infinito ventanal del cielo y un suspiro se me escapa y recuerdo que a otro día he de enfrentarme sólo, con el dolor de tu mirada.