Hoy como de costumbre amanecí pensando en ti
Pero esta vez de manera distinta
Con la urgencia de levantarme de mi cama y de rasurarte de mi rostro
De arrancarte de mi piel con el placer que se siente cuando se arranca una costra
De lavarte de mis dientes, de expulsarte de mi vientre
Y limpiarte de mis ojos que precisan un descanso más o menos eterno de tu estatura y complexión
Y después de este ritual abrir las ventanas y dejar que entre aire fresco, la aroma de un día nuevo, y los colores singulares del sol de siempre....
Quiero hacerlo hoy porque mañana quien sabe