Nadie como yo te querrá en esta vida,
te lo juro por esta y por la luz de mis ojos.
Te remito estas letras cargadas de nostalgia,
de ternura, de pasión y desesperanza.
Porque cada latido de mi ser grita tu nombre,
cada poro de mi piel se abre para evocarte;
para llamarte en gritos lanzados al infinito.
Te amo, si, te amo, a sangre y fuego;
a risa y llanto;
a dolor, a miedo y a osadía.
¡Qué me importa que tú, no sientas nada!
Este corazón que late apresurado
Se niega al olvido, te busca
en los resquicios del recuerdo;
te nombra palpitante... te evoca.
Lloraré mil años o mil vidas
Pero en mí estarás siempre presente.