Abriste la puerta que me conduce
a las cándidas caricias del amor,
y embriagaste con miel que seduce
a mis labios sedientos de ardor.
Hiciste morada en mis caminos,
y en mis sueños anidaste ternura,
Iluminaste mis suspiros
regenerando con tu hermosura.
Volviste mi tiempo en romance
y evolucionaste mi poesía
arrancando del corazón en trance
palabras de amor en travesía.
Luciste tu cántico que emociona
a mis oídos cada atardecer,
rompiendo las fronteras que ovaciona
los silencios y espacios sin ceder.