Hoy triste locura, mi mente se arrastra tras tu huella; se desdibuja la linea que separa lo descabellado de lo sensato. Seres de ambos mundos traspasan la barrera intentando entre-mezclarse.
Se desdobla la materia dejando escuchar suaves suspiros de árbol que se esparcen por el inmenso bosque de miradas. Me pierdo entre retazos de pieles mojadas por el rocío, el pasto bebe sediento la savia que destila el tembloroso tronco erguido, la fruta madura exhala su aroma nectar blanquecino; las raíces del árbol penetran la tierra húmeda.
Yo inmerso en el abrigo de la madrugada espero el cálido beso del alba; permanezco inmutable ante el delirio del obsesivo atacante que yace en su desespero.
Dos horas son suficientes para fulminar el hastío, tres palabras bastan para quebrantar el silencio, mas sin embargo solo una compañía es la necesaria para desvanecer a la soledad (Dos se multiplican con el paso del tiempo).