Fiel en el camino,
unas veces andando
otras sentada
y seguía en aquel extraño camino.
Cobijándose en el letargo del silencio,
del ruido.
Hacía frío, mucho frío
había encontrado la forma
de hablar con Dios
pero aún así sentía miedo,
esas manchas del alma
y los inagotables miedos
sus palabras callaban de vergüenza,
y él aún así las escuchaba
con los ojos bien abiertos
en la obscuridad
sólo sus ojos brillaban
y él sin decir nada
seco su rostro
cerró sus ojos
y su mejilla beso,
y con voz suave
en su oído susurró,
\" el amor no prolongado no se esfuma,
sino que simplemente
es la parte que se llevan los ángeles\".