A veces extrañar se da con la fueza destructiva de la naturaleza,
inicialmente la nostalgia llega con la sutileza del vuelo de las mariposas,
se cuela por los poros como la emocion del amanecer
y ya me encuentro tan dentro del alma esperando
en el atardecer que comienza mi vida tremula de futuro;
es el silencio el mensajero emotivo que vibra
como las estrellas en el frio sureño del anochecer,
aun quedan cantos de pajaros que interrumpen al tenue velo que cae
con olor a pasto fresco, nubes, lluvia y flores de primavera
que llenaron el camino de aroma a jazmin del que no me puedo abstraer
dibujado quedo en la memoria la brisa y el calor de una tarde de octubre
cuando el viento peinaba los cuerpo como el roce de unas manos
entoces y solo entoces extraño una mirada en la mia
extraño soñar junto al fuego del invierno
a veces quisiera soñar con una copa en la mano
quisiera atrapar el amor en mis manos como el cantavientos
que se deja llevar por la brisa de un sueño
a veces te juro mi dios que te pido un milagro
y vuelvo al tiempo que caminaba sobre la tierra mojada y el pasto
recuerdo que corria sobre las hojas secas y amarillas
que grabaron en mi memoria el romper de hojas secas bajo el pie descalzo
o como el ruido de hojas que arrastra y eleva el viento
convirtiendose ahora, en este instante en un bello momento,
sin embargo, extraño mirar unos ojos de sinceridad inundados
que eleven la ternura al nivel de un milagro
y entonces solo entonces ver nacer de mis labios
el verbo conjugado de un yo te amo.