... He de estar deshilachándome
mis ojos son trapos sucios
y los pedazos lágrimas perennes
confeccionadas en la seda del dolor
sintiendo pequeñas heridas
como botones aprisionando mi desdicha
de entre hilos acortando mi vida
al dedo puntiagudo de un arma
zurciendo la sangre acústica y marchita
que se envinagra de colores enfermos
de entre el vaivén de la muerte y la vida...