Al olvido: desde la distancia del tiempo,
la losa más pesada e invencible.
Puedo escribir a esta dicha de amanecer,
puedo hablar del verde de las montañas,
pintar puedo el color del atardecer,
pero, ¿puedo escribir esa mañana?
La mañana en que decidiste compartir
un fragmento de tu vida en mi vida.
Para ti era un día más del vivir,
quizá ni recuerdas ese gran día.
Hoy, muchos días después, al pasar
el tiempo de quienes insisten en recordar,
decido escribir estos versos en soledad.
Porque ya no me recuerdas, solo es saludar,
y en otros asuntos nos ocupamos, es verdad.
El motivo de esta rima: te recuerdo nada más.