Estas felicidades tan efímeras e instituidas
de zambombas, tracas, bombos y panderetas
con las tortas se esfuman a toque de retreta
que a toque de diana, la resaca da su bienvenida.
Como unas lumbres en las seseras encendidas
estas ideas se cojen sin necesidad de setas
y pensando que todo el monte es pezón y teta
el pollo se hace pollo y la polla queda freída.
Que fosforescentes y coloreadas
son estas bombillas del retrete
que a los azulejos están pegadas.
Dichosa felicidad de los cohetes
o unas varillas a petardos pegadas
que suben, explotan y sin humo, se la meten