Sentado esperando estaba
en la soledad de mi alma,
a pasar a la tuya,
por entrada alguna,
mas en banda te cerrabas,
y yo, seguía esperando.
Mi deseo me mantenía esperando
y el tiempo seguía pasando,
tu alma de crédulos llenabas
cuyas almas posteriormente vaciabas
y yo, seguía esperando.
Cuanto yo más esperaba
tú más me ignorabas,
suplicando la llave
las celestes entradas me cerrabas,
y yo, seguía esperando.
Llegado el momento
te visitó la soledad,
y me suplicabas pasar,
mas antes de entrar en el averno
me percate y me fui al cielo
y dejé de esperar.