Mi alma será azul
tras los atardeceres
de los días y las noches
se tornará transparente.
Mi alma tiene algo de mar
del silencio se lleva todo
apetece de los jirones
de las espumas estáticas.
Existe un algo de siempre
aunque no es así quisiera
que mi alma tuviese aliento
y el travieso color del mar.
No importan las rocas, ni
los seres que allí renacen
las algas forman calendarios
donde mi tiempo no pasa.
Recojo los peces que mueren
con mis ojos los recojo
y no hay un ser que recoja
mis penas y mis congojas.
Por esto y otras cosas
me he consagrado al mar
ojalá que algún día, mi alma
tenga un azul sin igual.
Y este mar que vacío parece
es más que un desierto de agua
es la luz que adquiere la
conciencia húmeda del alma.