Blanco,infinito y recóndito,
así es tu cuerpo nacarado,
que recibe mis manos y mi lápiz,
que agotas mis deseos y mi pensamiento.
A veces, te necesito tanto como al sol,
y te busco entre otros cuerpos níveos,
pero tu piel es única,
por ser la primera, la inagotable,
el Edén de mis palabras,
el Paraíso en una línea,
tu cuerpo cristalino y perfecto...