Mi sangre, aunque no azul
recibió tu dulce fragancia en las venas.
Mi solitario corazón
un anhelo reveló, en el delicado contorno de tu cuerpo.
Donde navegando en el mar de mis ojos
tu sortilegio de mujer
me atrapó.
Al sentir tus suaves caricias
transportado al cielo me siento,
la locura de mis sueños
ha sido realizada.
Descosidos estremecimientos
aceleran mis pulsaciones sin compasión alguna.
Al escuchar tu timbrada voz
se apiñan los cartílagos de los oídos,
en un haz de matices hechiceros
llevándome al paraiso.
Contento con la vida estoy,
después de tanto vagar
me premió contigo.
Sé, que el sabor del amor es para los locos,
entonces muñequita de sosoloy
por tí loco estoy.
bambam