Fimer

Y Tu otro nombre era Isabel (1)

Frió aire el que te merodeaba aquella noche,

con desgracias que derribaron la puerta de tu recamara

y no te permitían conciliar el sueño ni por un misero momento,

siendo joven y apasionada ya no soportabas más de malas jugadas.

 

Estabas triste sin dudar, y nadie notaba tu carita de bondad,

estrepitosamente tus ganas se desmoronaban directo de tu ingenuidad,

y es que te habías dado cuenta de tu entrega presurosa que se perdió en ojos de ciego,

Seguro alguien ha de conocerme- decías- mas por la reacción momentánea que los satisfacía.

 

Y tu otro nombre era Isabel, y quizás no muchos los sabían,

claro, no te gustaba su melodía al escucharla de otros labios,

-sólo llámenme como me gusta, no quiero ruidos que me asustan-

Se leía en tus curvas y en tu mirada de compasión humilde al mirar un rostro.

 

De seguro el que te mirase alumbrado de alma y de razón quedase,

¿Por qué estabas triste Isabel esa fría noche donde no querías volver?,

Un momento de desolación y tormento te destruyo por dentro,

pero un segundo pasó y volviste a mirar el mundo con resplandor.

 

Cómo siempre no dijiste mucho, ni te dejaste ver,

ya no eras la misma niña de antes que solía todo querer,

a quien alguna vez se vio llorando en las escaleras del sitio aquel,

ya orgullosa era de su querer, y como trapo no se dejaba usar Isabel.

 

Te muestras distinta al mundo esta vez,

tal vez no todos lo noten te paso por la mente alguna vez,

Como si en ti hubiese nacido una pared, que te protegía a tu merced

y dejaba a tu creación lejos de ojos ajenos que te quieren ver,

tu otro nombre era Isabel, no muchos lo saben, no muchos te han de saber conocer.