Seguidora de Cristo me proclamo,
y cada día me pregunto:
Si Él fue un valiente revolucionario
¿Por qué de cobardía me revisto?
¡Oh, mi Señor!,
no puedo seguir viendo la maldad
y mirar hacia otro lado.
Sin embargo, eso hago.
Quizás sea porque mi fe en ti, Jesús mío,
se acomoda a los criterios
de los que en tu nombre
confusas palabras proclaman,
y con sus hechos, no te avalan.
Mas no he de disculparme,
pues soy consciente de mis debilidades,
por eso te pido perdón
aunque no visite altares.
Te ruego, Padre mío,
que no me dejes de tu mano,
pues estoy pasando por profundos baches,
pero Tú sabes, mi bien,
que de ti no me separo,
que son causa de mis dudas
que me llenan de pesares.
¡Oh, mi Señor!,
no puedo seguir viendo la maldad
y mirar hacia otro lado.
Sin embargo, eso hago.
Mi cobardía no precisa excusas.
Si en ti creo, si me agrada tu ejemplo,
¿por qué mis talentos
en ayudar al prójimo no empleo?
Baja del madero, Señor,
y ayúdame a avanzar,
pues mi cruz es no saber, Jesús mío,
acompañarte en tu largo caminar.
Autora: Escapitina
Luisa Lestón Celorio- 2011
Registrado- TOMO- CON MI PLUMA EN RISTRE