Hace ya bastante tiempo
deje de celebrar los cumpleaños
porque carne y huesos no me siento
y en la misma vida yo me baño
con el Santo espíritu en movimiento
entre los seres más pequeños
vivo tan feliz y contento
como un crío chapurreando
su gracia a los cuatro vientos
y si alguna vez me caigo
de este estado que es un fuerte
empiezo a dar saltos
sobre la fuente
que no tiene años
y no tiene muerte