Toda barrera que impida,
que yo no logre subir
no me hará más que sentir
como me sangra la herida.
Después de tanto sufrir
por las barreras que pongas,
mi corazón como hondas
lanza piedras al latir.
Por eso quiero sentir
y escuchando yo te siento.
Si es tu poema un lamento,
el mío es un sin vivir.
En las barreras del tiempo
tengo el corazón prendido,
está casi detenido,
en su palpitar más lento.
Si regresas algún día
y retiras el bardal
espero poder cruzar
si hallo fuerzas todavía.
En caso de no poder
espero que me perdones,
no será por más razones,
que no sea el fenecer.
Mel.