Lamentos de soledad
Pesados e indolentes transcurren los segundos
mientras vencedores por mi ventana
despuntan los rayos del sol,
yo desvelado otra vez,
con un libro sobre mi pecho
que no he podido leer,
y se hacen eternas las noches
deliberando sobre mi fatigada vejez .
Regreso a mis amados versos de antaño,
hoy con ellos quiero refrescar,
las vicisitudes de mi dilatada existencia,
que hace ya mucho tiempo dejó de ser.
Tomo entre mis trémulos dedos el mismo
lápiz de carbón negro de ayer,
agarro el cuaderno y es como un espejo
donde me quiero ver,
trepan a mi mente mil sucesos del tiempo
que se fue,
escribo lentamente mis memorias,
mientras dos indiscretas lagrima ruedan
sobre mis ajadas mejillas,
mientras percibo el fatigado bregar
de mi viejo corazón,
y casi inconscientemente me pregunto
cuándo será el día que dejará de latir
y ¿Quién se acordará de mí?