Yo también tuve hijos
y les alumbre en plenilunio,
les di amor y abrigo
hasta que llegó el infortunio.
No pude seguir proveyendo,
ellos mismos me arruinaron,
mi patrimonio fueron destruyendo
y con él, los esfuerzos realizados.
Yo también tuve hijos, señores
de ellos tuve varios pares;
a ellos di, mis tiempos mejores
y con ellos, me gradué de padre.
Ellos en pago a ese esfuerzo
me han regalado de todo;
desprecios a cada momento
Insultos y abandono.
Me han dado indiferencia
maltratos y vejaciones,
esas bellas deferencias
conmigo tiene mi prole.
Me ignoran cuando les parece
y me sumen en el dolor
me han pagado con intereses
el ser su progenitor.
Qué bello es ser padre
con unos hijos así…
¡Que su amor lo desparramen
cuando me vaya de aquí !
Si, de eso estoy seguro…
Cuando acabe mi vida terrenal,
me lanzaran a los zamuros
sin hacerme funeral.
Pero fui padre, nadie puede negarlo,
engendré unas dulces criaturas,
que conservan lo más sagrado
de mi herencia que perdura.
Fui y sigo siendo padre
abuelo y hasta bisabuelo;
para que voy a negarles
que orgulloso estoy, por ello.
Mis hijos quieren que muera
Porque no ven a mis adentros;
ignoran que de alguna manera
hace rato que estoy muerto.
Venga un trago de los grandes
de esos tragos fuertes y secos…
Hoy es Día de los Padres,
¡Y quiero brindar por eso!
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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