La miel se seca
en poros de la bresca;
la tiña abraza el árbol,
su piel duele y
solo queda en el bosque
encerrado en la sombra.
¡Duerme tormenta!
que deja de acogerlo.
No hay grana en la calzada,
queda en olvido
días pescando perlas
en mar enmudecido.