Después del festín nos vamos a casa
con el corazón gozoso,
el paladar agradecido,
y el estómago alborozado,
porque con la báscula acusadora
aún no nos hemos topado.
Lo pagará la lechuga,
el tomate y el pepino,
y aún más lo pagará
la mala conciencia
que nos reprochará
tan osados estragos.
¡Calorías al poder!
¡Al poder el come–grasas!,
que nos ayudará gentilmente
a prepararnos para la revancha.
¡Aúpa muchachas
que mañana será otro día,
hoy a disfrutar de la velada,
y no dejemos que nos intimide
el miedo a la báscula!
.Autora: Escapitina
Luisa Lestón Celorio
28 - 6 - 2011